lunes, 24 de diciembre de 2012

Tecnología

Evidentemente fin de año se me vino encima con la tecnología. También con el descanso. Hay un tobogán y una estación de servicio para el Pequeño, a ver si le afloja a la pelota... niño deja ya de jugar con la pelota. La aparición de elementos que quedaban en el consultorio, y su retorno a casa trae consecuencias interesantes. Hay más música en la casa. El Pequeño compuso su primer canción después de haber pisado mierda de perro en el patio: "tiene caca, tiene caca, piso caca, piso caca". Por el momento las cuerdas de la criolla resisten. Y los oídos se alegran.
Algunos amigos retornan desde el exterior, no a la manera de delirio, no como real que se impone a la manera de alucinación, voz loca. ¿Exterior? Raro llamarlo así. Apenas lejos. Tanto a veces. Lewis Carroll en una de sus cartas a Alice le explicaba que es la misma distancia la que separa su casa de la de ella. Que por lo tanto puede escribirle, que si sus cartas hacen el recorrido, las de Alice no tienen por qué cansarse.
Me sucede algo de eso por estos días. Me vienen lecturas de ese tipo. Creo que di entonces con la repetición de una emoción de relectura: J.M.Barrie. ¡Que comienzo su Peter Pan!

"Todos los niños, menos uno, se hacen mayores".









Excepción que funda el conjunto. Salto mortal a las formulas de la sexuación lacanniana. O tantas otras... como la de la tontería. Lindo, para un fin de año con tecnología, fin del mundo, Pompeya y más allá: inundación litoral.

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